Flashmob: una forma sana de expresarse
Si alguna vez, ve a un grupo de personas que se reúnen y realizan una acción específica en un periodo corto y luego se dispersan como si nada hubiera pasado, no se quede atónito, lo que ha presenciado es un 'flashmob'.
La palabra “flashmob” podría traducirse del inglés como “multitud instantánea” (flash: destello, ráfaga; mob: multitud). Se trata de una acción organizada, en la que un grupo de personas se reúne en un lugar público, realiza algo inesperado y luego se dispersa. La mayoría de los flashmob son de carácter lúdico, pero pueden realizarse también con fines informativos o políticos.
Quizás uno de los mayores méritos de los flashmob es que no requieren contar con el apoyo de los medios masivos tradicionales para coordinarse y llamar la atención del público, ya que su organización y convocatoria funcionan a través de redes sociales virtuales, como Facebook y Twitter. Desde este punto de vista, los flashmob son un ejemplo concreto del poder que actualmente tienen estas redes para convocar a personas con intereses similares, a través de una cadena de comunicación de efecto bola de nieve que puede llegar a movilizar a miles de personas. Para quienes observan, lo que más llama la atención de estas acciones es su instantaneidad y su carácter inusual, a través de la ocupación de espacios públicos con fines no convencionales.
El fenómeno de los flashmob tuvo su origen con la publicación en octubre de 2002 del libro “Smart Mobs: The Next Social Revolution”, del sociólogo Howard Rheingold. En este libro el autor vaticinaba el uso de las nuevas tecnologías de comunicación (Internet, teléfonos móviles) para la autoorganización. En junio de 2003 Rob Zazueta (San Francisco), después de haber leído a Rheingold, creó la página web www.flocksmart.com en la que por primera vez los mobbers empezaron a planear sus reuniones.
El primer flashmob se organizó en Manhattan el 3 de junio de 2003 por Bill Wasik, editor junior de Harper’s Magazine. El origen de este flashmob fue desconocido hasta que Wasik publicó un artículo sobre su creación en marzo de 2006 en una edición de Harper’s Magazine. Este primer intento fue un fracaso, ya que alguien le contó a las personas de la tienda sobre lo que iba a pasar.
El primer flashmob que tuvo éxito se realizó el 17 de junio de 2003 en Nueva York, EE.UU., en el departamento de ventas de Macy’s. Para prevenir los problemas del primer intento, Wasik se reunió con los participantes en unos puntos de encuentro preliminares –cuatro bares de alrededores de Manhattan– donde fueron repartidas las instrucciones con la información sobre lo que iban a hacer y el lugar donde se realizará el evento justo antes del comienzo de éste.
Los flashmob se presentan como una oportunidad única para llamar la atención acerca de diversos gustos, intereses o problemáticas sociales. Por un lado demuestran el potencial de organización y convocatoria que actualmente tienen las redes sociales y su flexibilidad para acoger una enorme gama de intereses. Además, permiten la ocupación no convencional de espacios públicos tradicionalmente destinados a otros fines.
En el ámbito de los movimientos sociales, los flashmob pueden ser una herramienta útil para hacer pública una demanda, teniendo como objetivo la toma de conciencia ciudadana acerca de diversas temáticas de nuestro país.